viernes, 24 de octubre de 2014

¿Por qué los jóvenes consumen drogas?

La placentera sensación de consumir una droga puede acarrear, a la larga, serios problemas de salud, especialmente en los jóvenes.
A la larga, el consumo de drogas provoca depresión y aislamiento.
A la larga, el consumo de drogas provoca depresión y aislamiento.
Foto: EFE
PUBLICADO:  EST
Qué buscan los jóvenes al consumir alguna droga? La respuesta es simple: placer. Ya sea con sustancias legales como el alcohol y el tabaco o con ilegales como los inhalables, la cocaína, la heroína o la marihuana, los usuarios buscan las sensaciones de bienestar inducidas por el consumo.
Todas las drogas que producen adicción tienen la característica en común de liberar dopamina, un neurotransmisor que, al estimular el sistema nervioso central, provoca alegría, desinhibición y, en algunos casos, falta de cansancio y una mayor facilidad para concentrarse, explicó el psiquiatra Serapio Palma Patricio, médico especialista en adicciones.
Sin embargo, advirtió: “el uso continuado de drogas produce cambios en el estado de ánimo; las personas sufren tristeza, desmotivación y falta de energía; pierden el interés en actividades que antes les agradaban, dejan de asearse y duermen mucho tiempo. Hay cambios en su conducta, se vuelven irritables y poco tolerantes a la frustración”.
Estas modificaciones en el comportamiento, dice, tienen como trasfondo una alteración en el equilibro de los neurotransmisores, moléculas que transportan la información entre las neuronas y provocan la estimulación o la inhibición de diversas áreas del cerebro que regulan nuestro comportamiento.

Las consecuencias del consumo

En general, la presencia continua de dopamina en el organismo provoca que las personas se vuelvan dependientes de ella. “Después de determinado tiempo, las sustancias, sobre todo el alcohol y el tabaco, producen algo que se conoce como síndrome de abstinencia. El cuerpo tiene una serie de manifestaciones físicas que van desde temblor, taquicardia y sudoración de las manos, hasta una fuerte necesidad de consumir”.
Al usar la droga de nueva cuenta, afirmó el especialista, disminuyen los síntomas, con lo que el ciclo vuelve a comenzar. A largo plazo, la primera enfermedad que se manifiesta es la depresión. También puede haber micro infartos a nivel cerebral, por lo que es frecuente la pérdida de memoria.
Las afectaciones sobre el sistema dopaminérgico, que es a donde llega el común de las sustancias, también pueden inducir alucinaciones, delirios y paranoia. Es probable además que se presenten movimientos involuntarios, temblor o rigidez, señaló el doctor Palma.

Padres alerta

Es importante, recomienda, que los padres de familia y los profesores estén al tanto de los cambios anímicos o de conducta en los niños y los adolescentes, pues el consumo en estas etapas de la vida puede ser particularmente peligroso.
La maduración cerebral termina entre los 22 y los 24 años, por lo que el uso de drogas antes de esta edad puede inhibir el proceso de fortalecimiento de los circuitos neuronales, lo que genera algunos de los problemas que hemos mencionado.
En el mismo sentido, la experiencia muestra que los hijos de mujeres que consumen durante el embarazo son irritables, hiperactivos y pueden tener problemas para dormir. Una de las enfermedades asociadas al consumo de drogas durante la gestación es el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad.
En general, concluyó el experto, las drogas tienen la potencialidad de alterar la salud física y mental de las personas. Para evitar que lleguen a convertirse en un factor que altere la calidad de vida, lo mejor es prevenir y buscar la asesoría de instituciones especializadas.

viernes, 17 de octubre de 2014

Drogas sociales entre los adolescentes

Adicción a las drogas / Consumo drogas en adolescentes
 
Consumo drogas en adolescentes
 
El consumo de algún tipo de droga por parte de los adolescentes, se da, en la gran mayoría de los casos, mediante las denominadas drogas sociales. Estas drogas son el alcohol, el tabaco, la marihuana y la cocaína. A su vez, dentro del punto anterior, el tabaco es la sustancia utilizada por la mayoría en primera instancia, seguida por el alcohol. Estas dos sustancias, tabaco y alcohol, son las más reiteradas en entre los adolescentes.
Son diferentes los factores que pueden llevar a un adolescente, así como a cualquier individuo en otra franja etárea, al consumo de drogas, sean cuales sean las sustancias. Desde aspectos psicológicos, sociales, personales, familiares, curiosidad. Es imposible destacar a un factor sobre los otros.

Factores que influyen en el consumo de drogas

Como decíamos anteriormente, son diversos los factores que pueden llevar a un adolescente a consumir drogas. Así como son diferentes los tipos de drogas que se pueden consumir, recordando que las drogas sociales son las más habituales dentro de esta edad, sin embargo, es de orden destacar que no todas las drogas sociales funcionan y repercuten de la misma manera.
Es habitual escuchar que las drogas sociales, o alguna de las drogas sociales funcionan como puerta de entrada a drogas más peligrosas. Esto se puede considerar como un error. Frecuentemente, no son las drogas en sí mismas las que generan el paso a otras drogas, sean duras o sean de otro tipo, si no que, se puede considerar que son las mismas razones y los mismos factores que llevaron al consumo primario de una droga, los que llevan al consumo de otra más poderosa o diferente.

Tipos de drogas entre adolescentes

El tabaco, el alcohol, la marihuana y la cocaína, son las drogas que, en dicho orden, más se consumen entre adolescentes. Con respecto a esto vale destacar que, la forma de consumo, el lugar de consumo, las circunstancias que se dan para el consumo, son las que determinan los riesgos que se puedan acarrear.
Los peligros con estas sustancias, exceptuando a la marihuana, sustancia que no es letal, se presentan con el abuso y la regularidad con que se consuman. A su vez, tanto el alcohol como el tabaco, son drogas legales, las cuales cuentan con importante publicidad.

jueves, 9 de octubre de 2014

MUNDO SIN DROGAS

QUÉ SON LAS DROGAS

Es toda sustancia que introducida en un ser vivo, por cualquier vía (esnifada, oral o tragada, fumada, inyectada o inhalada), es capaz de modificar una o más funciones del organismo relacionadas con su conducta, comportamiento, juicio, percepción o estado de ánimo.

Dentro de esta definición se encuentran tanto las sustancias legales (alcohol, tabaco, medicamentos...) como las ilegales (cannabis, cocaína, heroína, speed, etc.).

CLASIFICACIÓN DE LAS SUSTANCIAS:
Hay muchas clasificaciones de las drogas, hemos elegido dos o tres porque nos parecen más claras y representativas; son éstas:

1. Drogas legales- drogas ilegales:
Parece que la sociedad donde vivimos y nuestro entorno sólo consideraban como "droga" a las ilegales, cuando las sustancias legalizadas, según la definición anterior, también las consideran "drogas".

    - Drogas legales: cualquier sustancia que se encuentra legalizada en nuestro país, que introducida en un ser vivo es capaz de modificar una o más funciones del organismo. Entre estas sustancias se encuentran: el tabaco, el alcohol, los medicamentos, la cafeína, la teobromina, la teína, etc.

    - Drogas ilegales: cualquier sustancia que se encuentra en nuestro país de una forma ilegal, que su consumo, su compra, su venta y su cultivo o fabricación no está legalizado, que introducida en el ser vivo es capaz de modificar, una o más funciones del organismo. Entre estas sustancias se encuentran: el cannabis y sus derivados, la cocaína, las anfetaminas y sus derivados, las drogas de síntesis, la heroína, el éxtasis líquido (GHB), etc.

2. Según el efecto:
Otra clasificación muy clara es la que se basa en el efecto que producen las sustancias en el cerebro de las personas que las consumen, así nos encontramos con tres tipos de drogas:

- Drogas depresoras del Sistema Nervioso Central: actúa sobre el cerebro entorpeciendo y adormeciendo, ralentizando el propio funcionamiento y el proceso cognitivo de la persona. Entre éstas se encuentran: el alcohol, los derivados opiáceos, como son la heroína, la metadona, la morfina, etc. Los tranquilizantes y los hipnóticos (pastillas o medicamentos para calmar la ansiedad, o para provocar el sueño).

- Drogas estimulantes del Sistema Nervioso Central: actúan sobre el cerebro acelerando su funcionamiento habitual, y provocando un estado de activación que va, desde una mayor dificultad para dormir hasta un estado de hiperactividad después de su consumo. Entre éstas están: anfetaminas, cocaína, nicotina, cafeína, teobromina , teína, etc.

- Drogas perturbadoras del Sistema Nervioso Central: actúan sobre el cerebro trastocando su funcionamiento y provocando distorsiones perceptivas y alucinaciones visuales y acústicas. Entre éstas se encuentran: los alucinógenos (LSD, mescalina, diversas clases de hongos, y de cáctus y algunas variedades de hierbas silvestres), los derivados del cannabis (hachís, marihuana, resina...), y las drogas de síntesis y sus derivados ( MDMA).

¿QUÉ ES LA TOLERANCIA Y LA DEPENDENCIA?
Un uso regular y continuado de estas sustancias puede dar lugar a diversos procesos, entre ellos se encuentran la tolerancia y la dependencia.

1. Tolerancia: es la adaptación que va haciendo nuestro organismo a la sustancia que se consume, de forma que vayamos necesitando más cantidad de esta sustancia para producir los mismos efectos, es decir, lo que en un primer momento conseguíamos con poca cantidad ahora vamos a ir necesitando mayores dosis para conseguir lo mismo, porque nuestro cuerpo se ha ido "acostumbrando".

2. Dependencia: es la necesidad de una persona de consumir una determinada sustancia de una forma habitual, nuestro cuerpo necesita esa dosis para funcionar con normalidad y no presentar síntomas de abstinencia o malestar físico ante sus falta (dependencia física); o como en el caso de la dependencia psicológica para afrontar con normalidad las tareas de su vida cotidiana (ir a trabajar, salir y divertirse el fin de semana o asumir responsabilidades de cada día).

3. Síndrome de abstinencia o "mono": es un conjunto de síntomas dolorosos y desagradables de carácter psíquico y físico que produce una gran angustia y malestar, que sólo parece remediarse con otra ingesta de la sustancia a la que hemos creado adicción.